Una madre coraje residente en Estados Unidos no era capaz de controlar a su hijo. Un día estalló y decidió llamar a la Policía. Pactó con los agentes con un castigo un tanto extraño: era detenido para ver si escarmentaba por su actitud... ¡y vaya que si lo hizo!

Las madres estadounidenses están revolucionando las redes sociales en estos últimos días. Si la protagonista de comienzos de semana era una mujer afroamericana que se liaba a tortazos con su hijo por participar en las protestas de Baltimore, el país norteamericano ya tiene una nueva heroína (o villana para otros muchos) que está siendo muy comentada en las redes sociales.

Su nombre es Chiquita Hill, ciudadana de 33 años y residente en Columbus, en el estado de Georgia. Su vida es complicada debido a su hijo de 10 años, que no entra en razón y se comporta con muy malos modales en el colegio, llegando a agredir a sus compañeros.

Esta madre, viendo que no había otra solución, decidió llamar a la Policía para contarle que el profesor de su hijo había venido a su casa y le había dicho que "era irrespetuoso, grosero, que no paraba de hablar y no hacía los deberes".

Ante esa situación, según informan los medios locales, los agentes se personaron en el domicilio de Hill, donde pactaron un trato con la mujer: iban a simular que se llevaban a su hijo detenido por su mala actitud.

El pequeño Sean, que es así como se llama el gamberro en cuestión, fue esposado por los agentes y llevado hasta el coche policial, en el que con la sirena encendida, circularon unos metros por el vecindario. El niño rompió a llorar hasta que le dijeron que todo era una acción para obligarle al cambiar.

Este método ha revolucionado las redes y ha provocado las críticas de muchos tuiteros a Hill y a los agentes, los cuales no tenían el permiso de los responsables del cuerpo para tomar dicha decisión. Pero... ¿Y Sean? ¿Sigue siendo igual de travieso? "Parece otra persona. Se está portando genial", asegura su madre. ¡Increíble!